La luna creciente y la estrella datan desde
cientos de años a la época islámica. Información sobre los orígenes del símbolo
son difíciles de acertar, pero la mayoría de las fuentes están de acuerdo en
que estos antiguos símbolos celestes fueron usados por la gente de Asia Central
y Siberia en su adoración al sol, la luna y las estrellas como divinidades.
Existen reportes también de que la luna creciente fue usada para representar al
Dios Cartagines Tanit o la diosa griega Diana.
La ciudad de Bizancio (posteriormente
conocida como Constantinopla y Estambul) adoptó el símbolo de la luna
creciente. Acorde a algunos reportes, ellos lo escogieron en honor a la
divinidad Diana. Otros indican que data de tiempos más remotos en la batalla en
la que los romanos defendieron Goths en el primer día del mes lunar. Cual haya
sido el caso, el símbolo de la luna creciente fue puesto en la bandera de la
ciudad antes del nacimiento de Cristo.
Los primeros musulmanes no tuvieron en
realidad un símbolo. Durante el tiempo del Profeta Muhammad (paz y bendiciones
sean con él) la caravanas ondeaban simples banderas de color sólido
(generalmente de color negro, verde o blanco) para propósitos de
identificación. En generaciones posteriores, los líderes musulmanes continuaron
usando las banderas simples de color negro, verde o blanco, sin marcas,
escrituras o símbolos en ellas.
Bibliografía:
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